Escondida tras su ventana, cual liebre en su madriguera,
pasaba largas horas de su tiempo imaginando, soñando, sumida en una cálida y dulce pasividad, pasando inadvertida ante videntes indiscretos que pudieran perturbar sus más secretos pensamientos...
De este modo, guarecida de miradas insidiosas que le hicieran recordar su enterrado y turbio pasado, dormía siempre, desde el alba hasta el ocaso, para velar despierta en la noche el sueño de los demás mortales en la penumbra de su oscura habitación azul...
En el silencio roto de la madrugada, espiaba oculta cada paso, cada ruido, cada suspiro ahogado y miles de susurros escapados de las sombras.
Mil historias inconexas agolpadas en su mente, cobraban vida ahora al otro lado del cristal ...
¡Cuán feliz imaginando turbias escenas de amor y celos, morbosas intrigas , ultrajes, incluso actos de angustia y horror cuyo nudo y desenlace solo ella podría desvelar ...!
Un café bien cargado en su mano derecha, le avivaba sin tregua impidiendo descansar su activa imaginación y torcido pensamiento.
A medida que la luz del alba comienza a despertarse, las mil escenas de dolor, pasión, angustia o sufrimiento , se van desvaneciendo en el ambiente cual niebla espesa de duro invierno boreal , dando paso a la cruda realidad...
Es entonces cuando "Ella" comienza a despertarse de su sueño letal y abandona su vigilia para ir a llenar su cama y descansar.
Mientras, el resto de mortales se levanta poco a poco comenzando a vivir sus rutinarias vidas hasta un nuevo anochecer en el que todo volvera a comenzar de nuevo...
© Vegalur
( Este relato fué publicado en el diario " 20minutos " en la edición de Madrid el 4 de enero de 2016 )
http://cdn.20m.es/edicionimpresa/madrid/16/01/MADR_04_01_16.pdf (pag. 9)
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